Cuando llega el verano los jardines y las piscinas toman el protagonismo en las viviendas. Sobre todo los días más calurosos del periodo estival, justo como sucede ahora con la ola de calor que afecta a toda España. Y precisamente por ello, al igual que hace una semana hablamos sobre cómo lavar el coche con una Karcher, hoy centraremos la mirada en las piscinas.
Todos los expertos coinciden en este sentido: no hay nada mejor que un buen mantenimiento periódico para que el agua de la piscina esté siempre perfecta. Sin embargo, en algunas ocasiones resulta casi imposible no sucumbir ante algún problema. Agua turbia, algas, cal, irritación de piel y ojos… Y hoy vamos a explicar cómo hay que actuar si nos encontramos ante alguna de estas situaciones.
Problemas más comunes de las piscinas y cómo resolverlos
Agua turbia
Sin lugar a dudas el problema más frecuente de las piscinas tiene que ver con que el agua se pone turbia. Esto sucede porque se acumulan pequeñas partículas que son difíciles de filtrar y puede deberse al desarrollo de algas, un pH elevado o una mala filtración. Para solucionar el problema hay que comprobar cuál es su origen, así que comprueba que el filtro está limpio y funciona bien para empezar. Tras hacer esto, puedes aplicar un clarificador o floculante, que sirve para agrupar esas partículas en el fondo y que sea más fácil de limpiar.
Algas
El agua verdosa suele deberse a la aparición de algas en la piscina, algo que también es bastante habitual. En este caso, independientemente del tipo de alga del que se trate, lo ideal es ajustar el nivel del pH entre 7,2 y 7,6 y utilizar un alguicida para realizar un tratamiento de choque. Si las paredes y el suelo tienen restos de algas, será necesario cepillarlas para eliminarlas por completo.
Cal
En muchas piscinas también suelen aparecer pequeñas incrustaciones de cal, sobretodo en las paredes y en los accesorios de la piscina como las escaleras. Por norma general esto sucede cuando el pH del agua es demasiado alto, así que el tratamiento pasará por intentar nivelarlo y dejarlo en una medida óptima.
Irritación de piel y ojos
En muchas ocasiones te habrá pasado que tras bañarte la piel y los ojos te pican. Por norma general se suele pensar que se trata por un exceso de cloro, lo cual puede ser a la perfección. Sin embargo, en la mayoría de casos tiene que ver con un pH mal equilibrado. Así que en ese sentido el tratamiento es tan sencillo como comprobar si existe un exceso de cloro y medir el nivel del pH del agua.
Conclusión
Como hemos comentado antes, estos problemas pueden aparecer en cualquier momento, aunque solo lo harán si descuidamos un poco el mantenimiento de nuestra piscina. Por este motivo lo ideal es cuidar el agua semanalmente y evitar de esta forma que cualquier problema nos evite bañarnos. Así que nuestra recomendación pasa por no esperar a que aparezcan los problemas para actuar y hacerlo siempre de forma preventiva, lo que resultará más barato y efectivo.