La primavera ya está aquí, lo que implica que cada vez queda menos para la llegada del verano. Y eso, a su vez, significa que los días son más largos y soleados conforme pasan las semanas. Por este motivo consideramos que es el mejor momento del año para poner a punto los espacios exteriores de las viviendas: jardines, piscinas, barbacoas, terrazas, patios… Sin ir más lejos, hace una semana te hablamos de las ventajas de las piscinas con sal.
Existen muchos trucos para cuidar tu jardín y hacer que luzca siempre perfecto. Sin embargo, cuando hablamos del agua de la piscina la cosa puede complicarse un poco. Seguro que en más de una ocasión se ha puesto verdosa o más turbia de lo normal. ¿Por qué sucede esto? En la mayoría de ocasiones por un aspecto que no todo el mundo sabe controlar correctamente: el pH del agua.
¿Cuál es el pH recomendado para una piscina?
Lo primero que debemos dejar claro es que el pH es uno de los parámetros más importantes del agua de una piscina. Es decir, mantenerlo en condiciones óptimas nos permitirá disfrutar de agua cristalina. Mientras que, en el caso contrario, el agua puede sufrir algunos problemas. ¿Cuál es el nivel óptimo para el baño? Deberías procurar que el pH oscile entre 7,2 y 7,6 siempre.
En caso de que el pH se encuentre por debajo de esos valores el agua será demasiado ácida, lo que puede provocar irritación en la piel y los ojos, además de acelerar el desgaste de los materiales de la propia piscina. Y si está por encima el agua será más alcalina de lo recomendable, lo que resecará la piel de los bañistas y propiciará que aparezcan restos de calcio en la superficie.
¿Por qué sube y baja el pH del agua?
Si piensas que con regular el pH del agua de la piscina una vez será suficiente, estás equivocado. Esto es así porque puede subir y bajar aunque no hagamos nada para ello. Los principales motivos por los que puede variar son los siguientes:
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El sol y el viento propician que el agua se evapore, lo que puede provocar que el pH vaya en aumento de manera progresiva mientras que el agua disminuye.
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Los propios bañistas también pueden hacer que se desajusten los niveles de pH. Los restos de cremas solares, el sudor o la piel muerta afectan a la acidez del agua y hacen que el pH suba.
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Si se añade cloro a la piscina el pH del agua subirá, por loq ue es importante tenerlo en cuenta al hacerlo.
¿Cómo mantener el pH a un nivel adecuado?
Vale, ya sabes los niveles que debería tener el agua de la piscina y los motivos por los que el pH puede variar. Pero, si el pH no es el correcto, ¿cómo lo llevo a un nivel adecuado? Lo cierto es que es bastante fácil: basta con utilizar un medidor de pH para saber el nivel al que se encuentra el agua y a partir de ahí actuar. Existen incrementadores para cuando el nivel sea demasiado bajo y reductores para cuando ocurra lo contrario.