El inicio de la primavera está ya a la vuelta de la esquina. De hecho, la próxima semana ya estaremos en esa estación del año de manera oficial. Y eso implica, entre muchas otras cosas, que los días comenzarán a ser más calurosos, soleados y largos. Por este motivo desde hace algunas semanas estamos ofreciéndote algunos consejos para preparar tu hogar para su llegada. Desde cómo preparar tu jardín para la primavera, hasta cómo cuidar el césped artificial en esta época del año.
Además de tener en cuenta aspectos relevantes como las plantes y el césped del jardín, hay otra cuestión relevante de cara a la primavera: la piscina. El inicio de esta estación implica que el verano está cada vez más cerca. Y para que cuando empiece a hacer calor de verdad puedas darte un baño sin problema es necesario empezar a cuidar la piscina desde ya.
Limpieza a fondo
Lo primero que debemos hacer tras el largo invierno es limpiar la piscina a fondo. Vamos a dividirlo todo en tres partes fundamentales:
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Cubierta: el primer paso consiste en retirar la cubierta y quitar todos los restos de hojas y elementos del jardín que hayan entrado en la piscina. Aprovecha también para limpiar la propia cubierta con un cepillo y jabón.
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Paredes y fondo: si se ha acumulado suciedad en las paredes y fondo, puedes usar un cepillo para retirarla. En caso de que haya algas y hongos lo mejor es vaciar la piscina y utilizar una pistola de agua a presión para eliminarlos.
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Superficie: después de quitar la suciedad de paredes y fondo esta quedará flotando en la superficie. Pasa el limpiador para eliminar toda la suciedad que reste tras los dos primeros pasos.
Comprobar los accesorios
Además de realizar una limpieza a fondo la primavera es la época del año indicada para comprobar todos los accesorios de la piscina. También debes sanearlos y limpiarlos, así que comienza por las escaleras, rejillas y la depuradora. Comprueba el funcionamiento de toda la instalación, así como de las luces de la piscina en caso de que tengan. Y por último no olvides echar un vistazo al sistema de filtración, que podría haberse dañado tras el invierno.
El agua de la piscina
Para finalizar nos dejamos la que posiblemente sea la parte más importante: el agua de la piscina. Si no has hecho nada durante el invierno, es posible que el agua esté verdosa y en mal estado. Sin embargo, si has realizado un cuidado mínimo lo normal es que puedas darle la vuelta a esta situación.
Para empezar debes sanear el agua y desinfectarla con algo de cloro o sal, en caso de disponer de una piscina salina. También es importante controlar los niveles de pH del agua, que deben encontrarse entre 7,2 y 7,6. Y, como es lógico, también debes comprobar cuál es el nivel de agua de la piscina para llenarla o vaciarla un poco si es necesario.