Ahora que llega el buen tiempo, quienes tienen espacios exteriores en sus viviendas quieren que estos luzcan de la mejor manera posible. Es lo que sucede con los jardines, que con la primavera comienzan a florecer y a ponerse bonitos de cara al verano. Sin embargo, para que estén radiantes hay que ofrecerles ciertos cuidados. Porque al igual que hace unos días hablamos de trucos para cuidar el agua de la piscina, también hay que tener en cuenta ciertos consejos de jardinería.
Limpiar las hojas caídas durante el invierno, cortar el césped, abonar, regar… Sin embargo, hay otro aspecto que también resulta clave y que no todo el mundo domina: la poda. Y ese puede ser precisamente el aspecto que marque la diferencia entre que nuestro jardín esté espectacular o parezca bastante dejado. Así que hoy vamos a ofreceros todo lo que debéis tener en cuenta para podar vuestras plantas.
Qué tener en cuenta para podar tus plantas
Conocer las necesidades de cada planta
Lo primero de todo tiene que ver con el hecho de que no todas las plantas son iguales. ¿Esto qué quiere decir? Pues que al igual que unas requieren de más temperatura y otras de menos sol, habrá casos en los que haya que realizar la poda de una forma u otra. Por este motivo, lo ideal es que te informes con un experto sobre cuáles son las necesidades de tus plantas para saber cómo proceder con su cuidado y posterior poda.
Podar en el momento correcto
Una vez conozcamos si debemos podar nuestras plantas o no, llega otro factor clave: cuándo hacerlo. Cada planta cuenta con su época propicia de poda, algo para lo que es aconsejable saber cuál es su momento de floración y la temperatura que haga en esa época del año. Si podamos fuera de su época, la planta podría dejar de crecer e incluso llegar a morirse.
Usar las herramientas adecuadas
Otro aspecto fundamental tiene que ver con las herramientas que utilicemos. Debemos buscar siempre las mejores herramientas de corte y poda si queremos que nuestras plantas no sufran y estén perfectas. Si queremos cortar ramas pequeñas mejor usar herramientas de poda de mano. Mientras que si son grandes, lo ideal es optar por instrumentos de más potencia y calibre.
Los tipos de poda
Por otra parte, también es importante conocer que no todas las podas son iguales. No solo es cortar ramas como un loco y esperar que todo quede bien, ni mucho menos. Existen diferentes tipos de poda que persiguen objetivos y fines muy diferentes. Los más destacados son los siguientes:
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Formación: se destina árboles y arbustos jóvenes y se realiza para crear una estructura con la que dar una forma determinada a la planta.
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Limpieza: en este caso se eliminan las ramas secas y rotas, algo que suele hacer tras el invierno o con la llegada del otoño.
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Floración: aquí lo que se hace es sanear la planta para que la floración que produzca sea abundante.
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Rejuvenecimiento: para plantas con varios años que no han sido podadas hay que realizar una poda de este tipo. Se eliminan las ramas dañadas y viejas para que puedan crecer nuevos tallos.