Cuidar el jardín de una casa no es una tarea fácil, sobre todo si se trata de un jardín con unas dimensiones grandes en el que hay una buena cantidad de plantas. De hecho, si queremos que este luzca siempre en buen estado y que las plantas que haya en él estén sanas, será necesario realizar cuidados cada cierto tiempo. Solo de este modo podremos asegurarnos que no surgen problemas indeseados como las plagas.
Pero, ¿qué hacer en el caso de que aparezcan plagas tan fuertes que no quede otra que fumigar? Lo mejor es recurrir a profesionales especializados en plagas, aunque en algunos casos también es posible acabar con la plaga por nuestra cuenta. Sin embargo, para hacerlo es imprescindible protegerse. Por ello, al igual que hace un tiempo te contamos cuáles son los cuidados del césped, hoy vamos a contarte cómo te debes proteger para sulfatar.
Riesgos de fumigar sin protección
Lo ideal es actuar de manera preventiva, de manera que no tengas que lidiar nunca con las plagas, ya que algunas pueden ser persistentes y difíciles de eliminar. Pero, en caso de que ya tengas una instalada en tu jardín, no te quedará otra que fumigar para acabar con ella. Y llegado ese momento, es imprescindible contar con los equipos de protección suficientes.
El motivo es bastante claro: manipular plaguicidas sin proteger para sulfatar conlleva bastantes riesgos para nuestra salud. De hecho, esto es algo que afecta a diferentes focos en caso de no llevar protección. Desde las vías respiratorias al inhalar el producto, hasta la propia piel al entrar en contacto con el químico. Incluso la ingesta del plaguicida sin darnos cuenta durante su aplicación. Precisamente por este motivo resulta imprescindible y obligatorio utilizar medidas de protección para manipular estos productos.
¿Cómo me tengo que proteger para sulfatar?
Ahora que tienes claro que no puedes fumigar sin protección, lo más normal es que te preguntes qué equipo deberías tener para poder usar estos productos sin poner en riesgo tu salud. Todo dependerá del producto en cuestión, ya que no todos son iguales. Sin embargo, si quieres contar con las suficientes garantías de seguridad lo ideal es que utilices los siguientes elementos de seguridad:
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Traje de protección: para proteger el cuerpo lo mejor pasa por usar un traje de protección que cubra todo el cuerpo. Un mono de trabajo que ofrezca ajuste en el cuello, las muñecas y los pies para que no se filtre el producto.
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Calzado de seguridad: para este tipo de trabajos lo aconsejable es elegir botas de goma altas que sean resistentes a productos químicos. Deben colocarse por fuera del traje de protección.
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Guantes: en este caso deben colocarse por debajo del mono de protección y deben ser resistentes, altos e impermeables.
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Protección facial: esta protección también es fundamental, ya que es una de las partes más expuestas al fumigar. Bastará con utilizar unas gafas de protección, preferiblemente que sean no estancas.
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Protección respiratoria: el último elemento básico de protección para sulfatar son las mascarillas. Esta serán de un tipo u otro en función del tipo de fitosanitario a aplicar.