La cocina es uno de los lugares más importantes de la casa. Casi sin importar si se es un amante de los fogones o si solamente se utiliza para preparar cualquier cosa rápida. Y, dentro de los muchos muebles que pueden formar parte de ella, hay uno que resulta fundamental y que no puede faltar en ninguna: el fregadero. Un elemento al que a lo mejor no habías dado mucha importancia hasta la fecha pero que resulta crucial en el día a día.
Y precisamente por ello hoy centraremos nuestra mirada en qué tener en cuenta para elegir el fregadero perfecto para tu cocina. Los hay cuadrados, rectangulares, de colores metalizados, oscuros, de gran tamaño, dobles… No se trata de una decisión fácil. Así que al igual que hace una semana os contamos cuáles son las ventajas de una estufa de pellets hoy os ayudaremos a dar con el fregadero perfecto.
Los fregaderos y su instalación
Para empezar debemos aclarar que en esta ocasión no hablaremos sobre consejos típicos sobre cómo limpiar el fregadero. Lo que sí que haremos será repasar qué tipos de fregaderos existen en función de su instalación. En este sentido, podemos diferenciar hasta cuatro tipos de fregaderos diferentes:
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Encastrado: estos fregaderos se colocan sobre un hueco que previamente ha sido cortado en la encimera.
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Bajo la encimera: como su nombre indica, se sitúa bajo la encimera y suele realizarse de materiales como granito y piedra.
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Enrasado: con este tipo de instalación el fregadero queda a ras, integrado a la encimera. Una solución lista que hace que todo quede al mismo nivel.
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Sobrepuesto: en este caso la instalación se realiza sobre el mueble, llegando a sobresalir del mismo para ofrecer una acabado muy decorativo u optando por un diseño integrado.
Fregaderos: formas y tamaños
Ahora que conoces los tipos de fregaderos en función de su instalación, es el momento de hablar de las formas y diferentes tamaños que existen. Por norma general podemos hablar de tres tipos:
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De una cubeta: se instalan sobre todo en cocinas con lavavajillas que no requieren mucho espacio, aunque también existen fregaderos más grandes de lo habitual y de solo una cubeta.
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Cubo y medio: estos suelen tener dos espacios diferenciados, uno de un tamaño más grande y otro más reducido.
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Doble: también son muy comunes las cubetas dobles, con dos espacios del mismo tamaño separados para poder utilizarlos a conveniencia.
Además de estos tipos, debes saber que existen modelos espaciales y tamaños personalizados de fregaderos. De este modo existen diseños especiales para maximizar el espacio cuando se instalan en esquinas u otros que son más grandes de lo normal.
Los mejores materiales para un fregadero
Al igual que es importante tener en cuenta el tamaño, la forma y el tipo de instalación del fregadero, no hay que restar relevancia a otro aspecto fundamental: su material. Aquí las opciones por las que podemos decantarnos son muy variadas. Si buscamos un fregadero de gran resistencia, lo más indicado será recurrir al acero inoxidable. Sin embargo, existen otros materiales muy útiles como los sintéticos de resina y mineral o los de cerámica y gres.