A través de nuestro blog solemos hablarte sobre todo tipo de actividades de bricolaje y para mejoras en el hogar. Desde cómo preparar tu jardín para el verano y mantener cuidada tu piscina, hasta qué tener en cuenta a la hora de reformar tu cuarto de baño. Y, además de todo esto, en ocasiones también ofrecemos tutoriales, tal y como hicimos hace unas semanas con el artículo ‘Cómo instalar correctamente una manguera para el jardín’.
Y como somos conscientes de que este tipo de publicaciones resultan muy útiles, hoy te traemos una completamente nueva. En concreto tiene que ver con tu cuarto de baño, específicamente con cómo cambiar el grifo de ducha correctamente. ¿Qué herramientas necesitarás? ¿Y cómo debes proceder paso a paso? A continuación te explicamos todo lo que debes saber al respecto.
¿Qué necesitarás para cambiar el grifo de ducha?
Lo primero que debes tener en cuenta es que para cambiar el grifo de ducha necesitarás, a parte de tu nuevo grifo, una serie de herramientas. No importa si se trata de uno monomando o de uno termostático, necesitarás ciertos materiales para garantizar que todo quede perfecto.
En base a nuestra experiencia, como mínimo necesitarás lo siguiente:
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Juego de destornilladores.
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Un taladro.
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Alicates.
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Teflón.
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Llave inglesa.
A parte de esto, es posible que necesites otras cosas como un clip de retención, paños para secar el agua que pueda salir al retirar el grifo antiguo o incluso una amoldadora o una sierra de mano en función de cuál sea el material en el que vas a realizar la instalación.
Cómo hacer el cambio por pasos
1. Cerrar la llave de paso
El primer paso es muy sencillo: cierra el suministro de agua del cuarto de baño. Una vez lo hayas hecho, procede a abrir los grifos de la habitación hasta que haya salido todo el agua.
2. Retirar el grifo viejo
Para retirar el grifo viejo tendrás que aflojar las rosetas. Hazlo con cuidado y poco a poco hasta que puedas retirarlo sin dificultades.
3. Instalar el nuevo grifo
Generalmente estos grifos cuentan con dos puntos de entrada, es decir, dos tuberías de agua: una para el agua caliente y otra para el agua fría. Estas estarán separadas 16 centímetros. Puedes corregir esa distancia instalando racores en forma de S, lo que te permitirá ajustar todo a la perfección. Con todo listo, coloca teflón sobre la junta y procede a apretar las tuercas de presión del grifo. Una vez hayas terminado, es el momento de abrir el grifo y comprobar que no se pierde agua por ningún lado.
Si no tienes claro cómo elegir tu grifo para la ducha, básicamente tendrás que decantarte por uno de bañera tradicional o uno termostático. Al primero suele acoplarse una ducha de mano y cuentan con un único mando para seleccionar si el agua sale fría o caliente. Mientras que los termostáticos cuentan con dos mandos: uno para ajustar la temperatura y otro para aumentar o reducir el caudal de agua.